Ha sido un año complicado. Mucho sufrimiento por tirar adelante y ayuda nula. Como en la gran mayoría de los casos, las asociaciones subsisten gracias al empuje de compañeros y allegados. En nuestro caso es claro. Podríamos empezar por la poca empatía municipal. No hay puntualidad o simplemente no hay entrega de pienso y la valoración de lo que hacemos es anecdótica, pese a que la protección animal debería de correr como responsable legal del mismo ayuntamiento, no hay respaldo en ninguno de los aspectos. No hay empuje de ninguna acción, no hay pronóstico de la actividad de las colonias. La poca actividad y empatía genera discordia. No hay sentimiento del trabajo que se hace, del que se ha hecho y del que queda por hacer.
El primer semestre ha sido de adaptación de las colonias, de capturas y esterilizaciones y de adopciones. Pero desde Junio pasamos un infierno. Las enfermedades y su rápida capacidad de transmisión entre los animales ha generado muertes indeseadas y dolorosas. El gasto médico ha sido enorme y además ha coincidido con que la comida y la entrega de la misma no llegaba para todos o simplemente no había. Se nos dijo que aumentaría la cantidad y pese a que públicamente han explicado en los últimos plenos entre risas y poco interés que se trata de dos palés de sacos, es tan solo uno. Cada vez se retrasa más la llegada hasta que finalmente no llega, como el pasado mes de noviembre. Esto ocasiona que parte del gasto destinado a veterinaria debe paralizarse para comprar comida.
En el segundo semestre ha habido crudeza, realidad de lo que sucede en la calle o en las acogidas. Las adopciones responsables han sido muy pocas y el volumen de recogida de cachorros ha crecido. Solicitamos a principios del año pasado colaboración del ayuntamiento para establecer un punto de emergencia para estos animales que necesitan protección y medicamentos. Vivimos en un pueblo con mucho espacio verde, con muchas edificaciones dejadas y olvidadas... la negativa fue clara. Al no establecerse una obligatoriedad de esterilizar a los gatos de propietarios que dejan salir a sus mascotas libremente, el descontrol de natalidad está asegurado. Al haber edificios abandonados y sin solución, el esconderse de los mismos y criar es fácil.
Para las capturas, gasto en esterilización que sí gestiona el ayuntamiento, como hacen en prácticamente todos los pueblos de nuestro alrededor, el consumo de tiempo, la poca colaboración ciudadana en no dar de comer en estos espacios de cercado, el hecho de seguir vertiendo restos de comidas ha sido un descontrol y una pérdida de jornadas importante.
La velocidad de los conductores dentro de un pueblo que debería estar limitada como estipula la ley, ha sido como si las calles fueran la nacional 340. Muertes por atropello han habido bastantes. Y lo más crudo, con vecinos como espectadores, es que veas cruzar a un gato y en lugar de reducir, sigas a tu ritmo, sin importar y sin mirar.
Con los propietarios de perros, siempre en términos generales, la cosa no mejora. Ya no es que no recojan las heces, es que además, cuando se puede escurrir el bulto, lo sueltan para que campe a sus anchas, para que cague, para que haga lo que quiera y sin control. Los gatos viven en la calle, comen en la calle y tienen que esconderse y huir cuando ven que se les acerca otro animal con instinto de caza. Esperan todo el día para que el alimentador les ponga la comida, a la misma hora de siempre, y por una mala acción, tienen que dejarlo para otro momento. Corren en su escape sin mirar enfrentándose a riesgos claros que podrían evitarse. Es tan simple como pasear con tu perro atado o llevarlo a la zona adaptada para ello.
Desaparecidos, fallecidos, desplazados, recogidos.... seguiremos luchando... deseando que cada vez sean más las personas sensibles hacia un animal como es el gato igual de sensible, que está pidiendo ayuda y no se le presta. Ayudaremos a los que podamos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario