Levantar ampollas anquilosadas

Hay vida después de la muerte? Se siente algo?.. nadie ha vuelto del más allá para contarlo.. pero por respeto, enterramos o incineramos y guardamos luto.

Cuando se trata de animales, en la actualidad, sólo está permitido incinerar, tal como regula nuestro sistema sanitario. Los entierros furtivos sin ningún tipo de regulación han conllevado a la propagación de enfermedades al extender la posible enfermedad a otros animales depredadores (algo muy parecido a lo que sucede con la toxoplasmosis). Un origen zoonótico, de un huésped animal a uno humano, es lo que ha propiciado la pandemia que sufrimos en este último año.

Qué pasa con los gatos callejeros?

Cualquier gato fallecido en la vía pública debe destinarse a su incineración mediante la colaboración de un servicio municipal y veterinario.

Quién se encarga de su recogida?

En nuestro municipio, Vendrell, consta un servicio de recogida, al igual que existe en Barcelona, pero curiosamente, cuando llamas al ayuntamiento de Vendrell, la llamada pasa a la policía local, quienes te dicen que el servicio no consta en todos los municipios y que tires el cuerpo a un contenedor.

La valoración moral de todo esto es frustrante. Ya es duro tener que alimentar colonias sin ayuda de la ciudadanía, sin ayuda explícita del ayuntamiento por miedo a perder electorado al destinar una partida económica a protección animal, algo que por ley debe hacerse sí o sí, el contratiempo de lluvías y frío, de esterilizar y seguir alimentando, de preocuparte por la salud de lo animales haciendo juegos malabares con el veterinario para pagar facturas, sin subvenciones, todo meramente altruista, por unos animales que a poca gente preocupan pese a que el origen de esta situación ha sido el abandono de los mismos o su mala atención desde casa, sin chip, sin esterilizar, dejando salir al animal sin protegerlo.. cuando haces el seguimiento de un gato callejero de una colonia determinada, no lo vas a tirar a un contenedor... y cuando se persona la policía y te sugiere de llevárselo tras haber mantenido una conversación surrealista de como solucionar el problema, pues tampoco se lo das, porque ya no te fías... y lo mejor llega cuando decides conservar su cuerpecito aún caliente en una bolsa de plástico hasta la mañana siguiente, llevarlo al veterinario para incinerarlo con seguridad, y te dicen de que jamás nadie trajo un gato callejero al veterinario para incinerar, de ningún servicio municipal, ni de la policía local...

La valoración económica es clara, el cuerpo se hace desaparecer sin enterrar, sin incinerar, se tira a un contenedor y resuelto el problema.. no se ha respetado al animal ni en su muerte, porque es un animal, dicen algunos, gatos hay ahora y habrá siempre, dicen otros.. Se está evitando un coste sin saber si realmente ese cuerpo sin vida supone un peligro o no, porque tampoco se hace un seguimiento de la salud en las colonias.. En toda esta cadena de errores en ningún momento se mira por el animal... No hay un control desde que se recoge el cadáver hasta que se deposita en el veterinario, y eso es muy grave... pero podemos cambiar la forma de hacer las cosas, de mejorar nuestra sociedad y la manera de actuar de nuestros hijos y no lo hacemos..