Trágico destino

 El día 20 de febrero se celebra el día internacional del gato... Pucky, un nombre irreal que le pusimos ya que no sabíamos el verdadero, fue capturado para esterilizar el 18 de febrero de 2021. Un año más tarde, el 20 de febrero, fallece en la calle. Ha sido una muerte con dolor, sin ayuda y sin consuelo de nadie, pese a tener propietarios por llamarlos de alguna manera. Siempre ha estado en la calle, ha dormido en la calle y ha tenido que sortear los coches que cruzan por todas partes sin miramientos. Sabemos que por la zona en la que se movía han muerto animales presuntamente por envenenamiento. La tenencia de un animal de ámbito doméstico requiere responsabilidad además de cariño. Pucky no tuvo ni una cosa ni la otra. Tuvo su gracia cuando era un cachorro de meses como regalo a una cría infante, aunque seguía en la calle sin protección. Después pasó a ser una cosa.

El uso de raticidas está prohibido ante la posibilidad de envenenamiento de otras especies. Hay empresas del sector que se encargan de ello, incluso puede pedirse ayuda municipal. Con ello no queremos esclarecer que haya muerto envenenado, pero por las imágenes es una suposición muy acertada. Lo evidente es que si hubiera estado en casa nada habría que lamentar. Morir solo es muy triste, incluso para un gato.

Como asociación del pueblo poco podemos hacer. Podemos capturar para esterilizar y alimentar para controlar a las colonias, pero nada más. Recogida de animales con el fin de medicarlos, tratarlos o incluso salvarles de una muerte segura no está a nuestro alcance. No hay casas de acogida. Las repercusiones económicas son a título personal y ya están más que agotadas. Hemos hecho lo posible por intermediar con el ayuntamiento para adecuar un espacio como punto de emergencia para los abandonados, enfermos, perdidos, mayores o cachorros sin la madre, como existe en otros municipios de alrededor nuestro. No es aceptable que exista una regidoría de protección animal y que no proteja a las colonias. Siendo responsabilidad municipal, lo hacemos de forma voluntaria y aún así se nos mira como un incordio.

Mientras el plan de la implantación de otro pipican sigue su curso, no se está exigiendo a las personas que tienen perro como mascota que no suelten a su animal en espacios abiertos para que hagan sus deposiciones, ya que ni se recogen ni se ve el peligro de seguimiento hacia las colonias de gatos que en muchos casos son cachorros y no entienden ni saben reaccionar. La pasividad de más de uno es abrumadora. Es de sentido común que si no hay un recurso sancionable ante esta falta de ética por parte del ciudadano por muchos parques para perros que se construyan, seguirán dejando que su perro ande suelto mientras tantean el móvil sin controlar donde caga, hacia donde corre o a quien ataca.

Ya no tiene sentido ningún pésame por este animal, ni pensar como hacen en muchas páginas de que cruza un arco iris al más allá.... para nosotros es una auténtica putada el comprobar que el ser humano no tiene escrúpulos ni con los suyos ni con el resto de seres vivos...