La complejidad de la tenencia animal en casa cuando se trata de un número elevado nos lleva a preguntarnos el por qué de estas acciones por parte del voluntariado.
Una vez más recordamos que el gato es un animal doméstico y pese a que malviva en la calle, siempre será a la sombra de nuestra vida, de nuestro entorno. Son animales que no quedan amparados por la protección animal por mucho que cambien las leyes. Se aplica el método CES que consiste en la reintroducción del gato en su colonia tras esterilizarlo. No se les puede alimentar en condiciones, no se abastece de pienso a los alimentadores en la mayoría de los casos y por supuesto no quedan protegidos los animales.
A una jornada de superar el día internacional del voluntariado, la invisibilidad de lo que hacemos es palpable, por los que no respetan nuestra labor, por los que no respetan a los animales, por los que siguen con la idea de que los gatos son de calle, por las instituciones que no aplican las leyes de protección animal y sobre todo porque no hay avance para mejoría en absolutamente nada.
Pues bien, primera problemática, el control sanitario. Si esterilizas a un animal pero no lo vacunas y no tiene un seguimiento, la propagación de enfermedades es brutal, la constante mortalidad que despreocupa a la gran mayoría podría ser un caldo de cultivo para todos aquellos que nos dedicamos a rescatar, dar acogida y buscar adoptantes. El gasto en medicación queda en la sombra y desangra el bolsillo de las asociaciones que dejan de tener reserva económica para la comida y que por supuesto no cuentan ni con subvenciones ni con ayudas. Es todo puramente altruista. Por tanto, el hundimiento progresivo de estas personas es proporcional al número de vidas que se pretende salvar.
Segundo tema, los puntos de emergencia. No existen. Si encuentras una camada en la calle, un gato herido, un gato enfermo, un gato viejo... si encuentras un gato muerto... Las administraciones se limpian las manos, las asociaciones no. Si se acoge, se encarga del mismo la persona que lo recoge. Si se lleva al veterinario, no lo cubre el ayuntamiento. Si está muerto, va a la basura. El respeto por la vida y por la muerte de estos seres vivos es tan indigno que no hay cuestión sobre nada y se normaliza que esto suceda. No se trata de venerar la vida que tienen, sino de respetarla y mejorarla. Sin estos espacios que sirven para la acogida urgente de los que podrían integrarse en una familia, de los que pueden salvarse de morir en la nada, de los que podrán crecer rodeados de amor y protección, como única alternativa, la casa de acogida. Pero de nuevo las leyes son de libre interpretación para las instituciones. ¿Cuántos animales puedes tener en casa?. Con solo acoger dos, si uno de ellos es una gata embarazada y tiene cachorros ya puedes juntarte con unos 8 animales. En cada provincia puede variar el número permitido. Al no tener núcleo zoológico, todo un papeleo administrativo hasta el infinito para no conseguir nada, es inviable para una persona que salva vidas y protege a los animales, sin ayudas y sin respaldo municipal, establecerse en un terreno a modo de santuario felino. Tampoco conceden espacios habilitados para la salvación de los mismos y el control de las asociaciones del mantenimiento. No es importante.
Tercera complicación. No practicar la esterilización por parte de particulares que dejan que sus mascotas críen y después se deshacen de los cachorros sin conocimiento alguno de que no es aconsejable hasta que tengan al menos tres meses. Se está creando la falsa idea de adoptar a "cachorros bebé" para acostumbrar al animal, para que haga caso, para que sea dócil. Esto es una estupidez como una casa. El carácter no va en función del tiempo que tienen si no del propio animal. En muchos casos se tiene que recurrir por la conducta del gato a un especialista desde temprana edad. Las asociaciones no crían bebés, los salvan (a menos que sean casos extremadamente urgentes por muerte, abandono o desaparición de la madre). Es muy compleja la vida de un gato con meses de vida. Se arriesga a enfermedades al no poderse vacunar hasta alcanzar los tres meses por lo menos, la pérdida de temperatura corporal, el descontrol de comidas, la desatención obligada y necesaria cada dos o tres horas. Es muy difícil que sobreviva sin la madre cerca. Por estas razones, no damos en adopción gatos tan pequeños. Debemos asegurarnos de que todo va bien y crecen sanos. Pero el problema radica ahí. No comprendemos como se puede considerar que un gato es demasiado grande con cuatro meses o con seis. Las incongruencias son muchas cuando se desconoce el proceso de captura y acogida de un gato en peligro de muerte.
Con todos estos argumentos se puede decir de que las instituciones municipales lo tienen todo resuelto. No tienen que preocuparse de capturar porque lo hacemos las asociaciones (nadie tiene en cuenta las horas y las complicaciones para hacerlo), no tienen que preocuparse por alimentar porque lo hacemos las asociaciones (en algunos casos, proporcionan el pienso los ayuntamientos, aunque de forma escasa o descuidada sin ningún tipo de puntualidad en fechas e incluso olvidando partidas de un mes que no se sabe donde va a parar la inversión en dicho alimento animal), no tienen que preocuparse por veterinaria porque lo hacemos las asociaciones (la salud de un animal no consiste únicamente en la esterilización), no tienen que preocuparse de recoger gatos en situación crítica porque ya lo hacemos las asociaciones (las casas de acogida son como un oasis en un desierto)...
Las explicaciones... no pueden jugársela con inversión excesiva en protección animal, es mejor gastar en otras actividades que aportan electorado, votantes... qué pensarían los ciudadanos si gastamos en los gatos... es mejor anularlos como seres vivos, como parte de nuestro entorno y vida... quizá deberían de fomentarse las buenas formas, las explicaciones y la importancia de ser justos, el poder levantarte cada mañana y dar un respiro pensando en quien no puede respirar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario